A principios del siglo XIX entre los Abogados de Antequera se afianzó la firme decisión de aunar y organizar racionalmente las actividades profesionales de la clase a fin de rendir y alcanzar el mejor servicio al justiciable ante la Administración de Justicia, de modo análogo a otros colectivos sociales que se integraban en hermandades, cofradías y gremios.
En 1843 Antequera ya estaba configurada como Partido Judicial de “ascenso”, con una población total de 5.907 vecinos y 23.496 almas, correspondientes a siete poblaciones: Bobadilla, El Valle de Abdalajís, Fuente de Piedra, Humilladero, Mollina, Villanueva de Cauche y la propia Antequera.
En el mismo año de 1843, la estadística criminal de Antequera arrojaba este resumen con la perpetración de 68 delitos de homicidio y de heridas, 5 con armas de fuego de uso lícito e igual número de uso ilícito, 24 con armas blancas permitidas, 9 prohibidas y 25 con otros instrumentos o medios no expresados.
También se habían acusado en Antequera los efectos económicos de la desamortización de Mendizábal de 1836, dando lugar a la inversión de los grandes capitales en el medio rural, con la reforma de la agricultura y ganadería, a más de un proceso de industrialización textil, particularmente en el sector lanero.
En este panorama, Dª María Cristina de Borbón, ya viuda del Rey Fernando VII y en la minoría de edad de su hija Isabel II, expidió como Regente y Reina Gobernadora el Real Decreto de 5 de Mayo de 1838 por el cual que se aprobaron los “Estatutos para el Régimen de los Colegios de Abogados del Reino”, que establecían la colegiación obligatoria. Con posterioridad, sería suprimido en la Regencia del General Espartero, entre 1841 y 1943, y restablecido por la Reina Isabel II mediante un nuevo Real Decreto de 2 de Abril de 1844.
Al amparo de esta normativa, los Abogados de Antequera constituyeron su Colegio, asociándose a los cinco Abogados de la vecina población de Archidona, ya que había de integrarse al menos con veinte Abogados, y en Antequera sólo había dieciséis.
El acto fundacional del Colegio tuvo lugar en la Sala de Audiencias del Juzgado de Primera Instancia de Antequera el día 20 de Julio de 1844, con la asistencia de todos los Letrados convocados al efecto, ante don Juan Narváez y Ferrer, Marqués de la Vega de Santa María, Alcalde Constitucional e interino Juez de Primera Instancia, y del Escribano Público, Secretario del Juzgado, don Ramón Muñoz Sillero.
En dicho acto se constituyó la primera Junta de Gobierno, siendo elegido el primer Decano el Doctor don Diego María Carrasco y Camón, Catedrático de Derecho Romano de la Universidad de Granada, quien en el año 1851 sería Alcalde Constitucional de la Ciudad, y al que le fueron sucediendo otros 25 compañeros hasta llegar al actual Decano don Miguel Ángel Hortelano Rodríguez.
Desde su fundación el Colegio tiene por Patrona a Santa Teresa de Jesús, cuya festividad de día 15 de Octubre se viene celebrando anualmente con toda solemnidad mediante los más diversos actos programados, entre los que ha tenido lugar la entrega de los títulos de “Colegiados de Honor” a personalidades que se han distinguido como benefactores del Colegio, otorgándose los mismos a don Mariano Lacambra García, Juez de Primera Instancia e Instrucción de Antequera (1925); a don Fernando García Guerrero-Strachan, Decano del Colegio de Abogados de Málaga (1983); a don José Mateo Díaz, entonces Juez de Primera Instancia e Instrucción de Antequera y, en la actualidad, Magistrado del Tribunal Supremo (1985); a don Aurelio de la Rosa García, Juez de Distrito sustituto de Archidona (1989); a don Miguel Ángel Salas de la Torre, entonces Juez de Primera Instancia e Instrucción de Antequera y, actualmente, Magistrado-Juez del Juzgado de lo Penal nº 4 de Málaga (1990); y a título póstumo, a don Luís Portero García, Fiscal Jefe del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, cruelmente asesinado por la banda terrorista ETA en el año 2000.
El Escudo oficial del Colegio de Abogados se estableció en la Junta General de 29 de Junio de 1868, que comprende los distintivos de la Santa Doctora y la representación de la Justicia con un sol refulgente, en armónica conjunción con los distintivos del Escudo Heráldico de la Ciudad de Antequera.